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jueves, 1 de diciembre de 2011

Los vinos andaluces (X). El brandy de Jerez

Existen documentos que dan buena cuenta de la importancia de la industria del brandy en Jerez de la Frontera ya en el siglo XVI. A día de hoy, el arraigo de esta bebida en esta tierra continua siendo de gran trascendencia, si tenemos en cuenta datos como que el 95% de la producción total de brandy en España procede de ella.

La fabricación del producto consiste en la destilación de un vino de uva palomino, que se deja envejecer en barricas de roble donde, previamente, ya habían reposado otros caldos.
Foto: spain.info

El brandy de Jerez se diferencia del elaborado en otros lugares del mundo en que, gracias a las condiciones climáticas en que se origina, y a las propiedades de las barricas donde se almacena, el resultado final cuenta con un aroma y un sabor que le confieren una personalidad propia.

Considerado una de las bebidas espirituosas de mayor gradación alcohólica, el consumo del brandy suele ser más limitado que el de otros tipos de caldos. Habitualmente, se toma después de las comidas, ya sea sólo o con hielo. Además, cada vez está más extendida la tendencia de mezclarlo o rebajarlo con otras bebidas, para elaborar combinados o licores.

lunes, 3 de octubre de 2011

El tocino de cielo

Uno de los dulces más típicos de toda la repostería española, el tocino de cielo, tuvo su origen en Andalucía, alrededor del siglo XIV. Aunque varias localidades han intentado atribuirse el invento de la receta, la de Jerez de la Frontera (Cádiz) es la mejor posicionada para hacerse con tal distinción.

Foto: camina-conmigo.com
La tradición cuenta que este postre fue creado en uno de los conventos de la ciudad, para aprovechar el excedente de yemas de huevos que los productores de vino de la zona donaban a las monjas. En aquél tiempo, en las bodegas, se utilizaban las claras de huevo para aclarar el color del vino, por lo que la materia sobrante era reutilizada en la cocina del convento.

El proceso para elaborar el tocino de cielo consiste en la preparación de un almíbar a base de agua y azúcar, la añadidura de las yemas de huevo ya batidas, y la posterior cocción de la mezcla en un molde caramelizado, al baño maría.

A pesar de que la receta se originara en nuestra comunidad, la expansión de la misma ha sido tal que, uno de los tocinos de cielo más reconocidos de nuestro país se cocina, nada menos, que en la localidad asturiana de Grados.