Concebidas inicialmente como un alimento propio de pastores, las
migas constituyen hoy uno de los platos de mayor tradición y difusión por el centro y sur de nuestro país. Algunas teorías barajan la posibilidad de que su nacimiento fuera una simple adaptación del cuscús que se cocina en los países árabes, donde se habría reemplazado el uso de la sémola por el del pan duro. Esta explicación también justificaría la inclusión en la receta de panceta o torreznos de cerdo, que habrían ideado los cristianos para distinguirla de su variante magrebí.
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Foto: petitchef.es |
Las
migas, en su concepción más sencilla, consisten en un sofrito de pan duro humedecido en agua, junto con ajos y aceite de oliva que, una vez en la mesa, se acompañan de distintos alimentos, tantos dulces como salados. Entre los dulces, es común el uso de frutas tales como las uvas, las granadas o el melón; entre los salados, se pueden acompañar las
migas con chorizos, sardinas o pimientos fritos.
Existen diferentes recetas de las
migas, dependiendo de la región española en la que se cocinen. En Andalucía, gozan de enorme popularidad las que emplean la sémola o el trigo como sustitutivos del pan, y que son comunes, sobre todo, en el sudeste de la comunidad.
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