Foto: Beni Lorenzo |
Pero fue tal el reconocimiento que alcanzó Miguel Martínez con su chiringuito, que el mismísimo rey Alfonso XII acudió hasta el lugar para conocer el plato del que se hablaba en toda la provincia. Según la tradición, el propietario del puesto invitó al monarca a que degustase el espeto con sus propias manos, nada más percatarse de que estaba a punto de hacerlo con cuchillo y tenedor.
También son muchos los que sostienen que la iniciativa comercial de 'Migué el de las sardinas' daría inicio al negocio de los chiringuitos, tal y como hoy lo conocemos.
Muchas gracias por publicar estas informaciones tan interesantes y de manera tan breve a través del blog. Seguid así
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Mateo
ResponderEliminarInteresante la cultura gastronómica andaluza, no sabía yo sobre todo el dato del chiringuito, hoy precisamente voy a comer un espeto de sardinitas malagueñas
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