La tradición vincula el origen del mollete con la localidad malagueña de Antequera, aunque también goza de popularidad el elaborado en el municipio cercano de Archidona, o en el sevillano de Écija. Esta pieza, que se caracteriza por tener una miga muy blanda y una menor cocción que otros tipos de pan, parece tener su origen en unos panes de inspiración hebrea empleados antiguamente en las misas. Posteriormente, sería introducida por los árabes en la península, conservándose la receta original en localidades como las ya citadas.
Foto: antequera.es |
El mollete forma parte del denominado ‘desayuno andaluz’, del que también es toda una insignia el aceite de oliva propio de nuestra región. Al igual que otros tipos de panes, puede ser degustado de diversas maneras, pero la más habitual es acompañado de elementos sencillos como el tomate natural, el ajo y el jamón, o de otros más consistentes, como los patés, las zurrapas o la ‘manteca colorá’.
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