Cabe destacar que, gracias a un consumo moderado (esto es, no más de dos vasos diarios para un adulto), el vino es capaz de incrementar el apetito, favorecer el sueño (en personas con problemas para conciliarlo), o aportar cierta tranquilidad al consumidor. Además, ayuda a mejorar el funcionamiento del aparato circulatorio, al reducir los niveles de colesterol nocivo y elevar los de colesterol necesario.
Foto: vinow.com |
A pesar de contar con un sinfín adicional de efectos beneficiosos, la toma de este caldo también puede tener consecuencias no tan favorables, tales como ataques de asma o cirrosis. Pero los expertos están de acuerdo en que la aparición de estos últimos es complicada siempre que no se abuse de su consumo.
Muy chulo el blog en general y muy interesante lo del vino. Enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu apoyo, compañero
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