jueves, 3 de mayo de 2012

Nuestra cocina: El ajoblanco

Las provincias de Málaga y Granada se disputan el título de ser cuna de un plato veraniego que es considerado un derivado del popular gazpacho. El ajoblanco cuenta, como ingredientes básicos, con el pan, el ajo, el aceite de oliva y el agua pero, en este caso, el tomate del gazpacho es sustituido por almendra molida para dar sabor a la mezcla. La textura del plato es la de una salsa de color blanco que se consume, habitualmente, como una sopa fría.

Foto: mercadocalabajio.com
Se cree que la receta del ajoblanco es aún más antigua que la del gazpacho, puesto que éste último no alcanzaría su composición actual hasta que el tomate llegara a la península tras el descubrimiento de América. De hecho, algunos historiadores localizan el origen de recetas similares en tiempos de la conquista romana, donde el plato resultante era, y ha seguido siendo durante varios siglos, un alimento propio de personas humildes.

En la actualidad, el ajoblanco es muy consumido en las provincias orientales de Andalucía, así como en Extremadura. Es habitual que se sirva acompañado de uvas o trozos de manzana o melón, aunque en Granada existe la costumbre de tomarlo como bebida, y acompañarlo con una patata asada.

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